Saturday, June 25, 2011

Los pitufos vinieron de norte y nacieron de un error lingüístico

Feliz día Pitufero a todos, os cuelgo otra noticia que han puesto el Gran Día de hoy, ademas es uno de los mejores articulos que he leido en los medios de información, en lainformacion.com:




Existen días mundiales para casi todo, así que no podía faltar uno para los pitufos aunque este sea más comercial que otra cosa. Como parte de la promoción de la película, Columbia Pictures y Sony Pictures Animation han organizado una serie de actividades pitufas a nivel mundial en el día en el que su creador, el belga Peyo, habría cumplido 83 años. En realidad, los pitufos vieron la luz por primera vez el 23 de octubre de 1958. Esta es su historia y la de su creador, que falleció en la Navidad de 1992 víctima de un ataque al corazón. 

Bajo el alias de Peyo se parapeta uno de los grandes del cómic belga. El nombre real del conocido mundialmente como el creador de los pitufos es Pierre Culliford. De padre británico y madre belga, dice la historia de su vida que el apodo se lo debe a un primo por parte de padre que era incapaz de pronunciar su nombre. Al chico le gustó y lo adoptó como nombre artístico cuando comenzó en esto del dibujo allá por mediados de la década de los años cuarenta. Un estudio lo fichó, pero quebró rápido. En este momento, cuando buscaba su lugar como dibujante apareció en escena el que podría decirse que fue su padrino, André Franquin (Spirou y Marsupilami), quien le ofreció trabajar con él en la editorial Dupuis. Era el año 51 y para entonces Peyo ya había dado vida a personajes como Benoît Brisefer (que contó con siete volúmenes) y Johan y Pirluit (llegaron hasta los 13 tomos). De hecho son estos dos últimos quienes están íntimamente relacionados con el nacimiento de los Schtroumpfs. Es decir, los conocidos en España como pitufos. 


Johan era un paje que vivía aventuras de caballero al que Peyo ideó en 1946 dando rienda suelta a su pasión por una época como la Edad Media. Después de años caminando solo por las viñetas y habiendo cambiado su pelo rubio y con bucles por el moreno, el dibujante le dio un compañero. Eligió a un enanito de cabellos dorados llamado Pirluit. En su aventura del 23 de octubre de 1958 fue cuando los pitufos se cruzaron en sus vidas. Bajo el título de La flauta de seis agujeros salió al mercado uno de los cómics más famosos de la historia. El éxito de estos personajillos fue tal que acabaron teniendo su propia serie de televisión y acumulan miles de productos con su imagen. 

Una conversación absurda les puso nombre 

Todo surgió de una equivocación lingüística de Franquin durante una comida con Peyo. El primero le dijo al segundo: “Pásame el pitufo”. A lo que el este respondió: “Aquí lo tienes, y cuando hayas pitufado, me lo pitufas”. Así, de una conversación tan tonta en la que no se sabe bien qué quería Franquin que le acercasen para aderezar su almuerzo, nació el lenguaje de los pitufos y su nombre. Al menos, eso es lo que se cuenta en la edición de La flauta de los pitufos editada por Norma Editorial. Claro, que en la conversación original, en francés, utilizarían el término schtroumpf. Pero, ¿de dónde salieron estos curiosos personajillos? 

Peyo explicó en su momento que para crearlos se había basado en los gnomos de los cuentos nórdicos. Pensando en ellos, dibujó una especie de duendecillos de mofletes prominentes, orejas de soplillo, con un tamaño real (si es que existiesen de verdad) de unos 20 centímetros y de color azul. ¿Por qué azulesSegún parece, eligió este color porque es el de los chicos. Descartó el amarillo y el rojo por razones de peso. El primero porque según él era enfermizo. El rojo, por ser muy agresivo a la vista. Así que azules se quedaron y el azul pitufo es desde hace décadas un color estandarizado. Las particularidades del mundo pitufo El mundo pitufo tiene sus propias reglas. Para empezar, su aldea es difícil de localizar y solo se puede entrar en ella si uno de sus habitantes te invita a hacerlo. Por eso Gárgamel lleva años intentándolo sin éxito. El pueblo se encuentra en medio de un bosque y las casas son setas adaptadas. Cada no tiene una decorada a su gusto y según su profesión. La edad de un pitufo es un misterio, porque siempre parecen jóvenes y lozanos. A sus 542 años, Papa Pitufo sigue ahora igual que en 1958. Y Bebé Pitufo continúa yendo a gatas a los sitios y usando pañal. 


Lo de los nombres también es una historia, ya que cada uno lo toma de su profesión o de un rasgo de su personalidad. Así están el Pitufo Granjero o el Pitufo Fortachón. Distinguirlos es sencillo aunque todos están cortados por el mismo patrón. El Granjero lleva gorro de paja, peto y rastrillo en una mano. Fortachón va a todos lados con un juego de pesas. Para los más profanos, la web oficial de los pitufos cuenta con una guía bastante completa e ilustrativa. En total se calcula que existen como un centenar, aunque aquí no se recogen todos. 

Por otro lado, hablar pitufo no es tan complicado como parece. Al principio resulta extraño cambiar verbos y nombres por ‘pitufar’ o ‘pitufo’, pero dentro del contexto y con un poco de práctica se coge rápido el truco. Las viñetas fueron su lugar de origen, pero fue la televisión la que les popularizó en los ochenta. Bajo el sello de Hanna Barbera, los pitufos conocieron el estrellato en todo el mundo. Con 256 capítulos y emisiones en 30 países no es de extrañar que sean tan famosos aunque les llamen de forma diferente según el país. Schtroumpfs, Smurfs, Puffi… da igual. Pitufos después de todo. 





Un día de diversión pitufa 

Aprovechando el que sería el cumpleaños de Peyo y a falta de poco más de un mes para el estreno de Los Pitufos en 3D –la fecha ha vuelto a cambiar y se ha adelantado al 29 de julio–, Columbia Pictures y Sony Pictures Animation han organizado una serie de eventos en 11 ciudades repartidas por todo el mundo. El objetivo es conseguir entrar en el Guinness de los Récords con la mayor concentración de gente vestida de pitufo en 24 horas. La idea es que se acuda a las actividades disfrazado con gorro pitufo, pantalón y zapatos blancos y el cuerpo pintado de azul. Para los más perezosos habrá camisetas y gorros en los distintos eventos. La idea es juntar a más de 2.510 personas de esta guisa. Las ciudades que participarán en el Día Mundial de los Pitufos serán Bruselas (Bélgica), Atenas (Grecia), Scheveningen (Holanda), Dublín (Irlanda), Ciudad de México (México), Ciudad de Panamá (Panamá), Varsovia (Polonia), Moscú (Rusia), Johannesburgo (Sudáfrica), Nueva York (Estados Unidos) y Londres (Reino Unido). En España no hay nada especial programado, pero el pueblo pitufo sigue abierto para todo aquel que quiera visitarlo. Todas las actividades pueden consultarse en la web construida para este día



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